Me encanta aprender palabras nuevas y a la vez me sigue sorprendiendo que siempre haya palabras para describir objetos o situaciones que en condiciones normales no nombramos, o recurrimos al socorrido "el agujero ese que suele estar en.." o, "el trozo de metal que se pone entre esto y aquello".
Pues una palabra que aprendí hace no mucho tiempo es ALCORQUE. Ni siquiera sabía que el trozo de terreno que se abre alrededor de un árbol o de una planta tenía un nombre. Pues si que lo tiene y según la RAE, un "alcorque" es el "Hoyo que se hace al pie de las plantas para detener el agua en los riegos", y es una palabra que procede de la palabra árabe "alqúrq", pero también del latín "Quercus", que como sabemos, es el género de plantas que incluye a robles, encinas y alcornoques. Todo indica que la palabra surgió en el siglo VIII, con la llegada de los musulmanes a Al-Ándalus.
Y hablando de Alcorques, una de las cosas en las que debemos fijarnos y que es una práctica habitual desde hace mucho tiempo es en el maltrato rutinario que se hace desde los ayuntamientos a la mayoría de los árboles que se plantan en calles y aceras, tratándolos como a vulgares piezas de mobiliario urbano, sin darse cuenta de que como seres vivos que son, necesitan agua y espacio, ya que al contrario que los bancos o las papeleras, respiran, hacen la fotosíntesis y crecen, si los dejan. Muchos alcorques ni siquiera cumplen la definición que la RAE da de ellos, ya que ni son hoyos al pie de las plantas, ni mucho menos detienen el agua del riego o de la lluvia. Literalmente enjaulan y atrapan a los árboles, impidiendo que se filtre el agua hacia sus raíces y condenándolos a una muerte lenta y penosa.
En el peor de los casos los operarios de alguna empresa contratada por el ayuntamiento enlosa los alcorques vacíos para no plantar un nuevo árbol ahorrándose el mantenimiento de riego.
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Muestras de como no deben ser los alcorques |
Por el contrario, hay alcorques que sí cumplen la función de filtrar y retener el agua de la lluvia, permitiendo al mismo tiempo que el tronco del árbol crezca y se engrose.
A partir de ahora fijaos en los árboles y alcorques de vuestras ciudades, en algunas de ellas los árboles se constriñen entre asfalto y adoquines, y buscar las diferencias. Quizás vaya siendo hora de promover una ley que controle el maltrato vegetal.
Encontrar alcorques embellecidos con flores y plantas al pie de un árbol es motivo de satisfacción doble. Por un lado crear un espacio biodiverso y saludable entre distintas especies consiguiendo que las plagas sean apenas inexistentes y por otro lado conseguir un pequeño espacio de color vegetal haciéndolo más agradable a la vista. Lo decepcionante es que suelen ser muy escasos y siempre gracias a particulares que se animan a hacerlo. Por otro lado el hecho de encontrarnos con alcorques que no guardan el mínimo espacio para el tronco son más comunes de lo que quisiéramos y por ello dejamos una muestra tanto de los embellecidos como de los perjudiciales.
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